La esclerosis múltiple y la fibromialgia, a pesar de ser enfermedades parecidas, se diferencian en muchos aspectos. Para determinar una u otra enfermedad el paciente es sometido a numerosos exámenes. Antes de esto es posible saber a qué te enfrenta y aquí te diremos cómo saberlo.
¿Qué es la esclerosis múltiple y la fibromialgia?
La esclerosis múltiple es una enfermedad que involucra al cerebro y la médula espinal. Al padecerla causa en la persona una discapacidad general. Lo que ocurre es una interrupción en la comunicación entre el cerebro y el cuerpo. El sistema inmune realiza ataques a la mielina ocasionando esto.
La esclerosis múltiple es una enfermedad sin cura, pero al igual que hay tratamientos para la fibromialgia que ayudan al paciente a recuperarse, también los hay para la esclerosis. Se pueden aliviar los síntomas de fibromialgia y esclerosis, cambiar el rumbo de la enfermedad o simplemente controlar los síntomas.
Padecer síntomas de crisis de fibromialgia, es sinónimo a sentir dolor musculoesquelético que ataca a todo el cuerpo. El daño que causan sus brotes es crónico, incrementando la fatiga, sueño en exceso, mal humor y mala memoria. Se desconoce su causa, pero quien la padece sufre de dolores habituales en exceso.
Diferencias entre la esclerosis múltiple y la fibromialgia
A pesar de que ambas enfermedades generan afectaciones en el cuerpo, sus síntomas son diferentes. A continuación, presentaremos los elementos para detectar uno y otro. A través de ello se nota una leve disparidad entre las dos:
Síntomas de esclerosis múltiple
- Problemas para caminar
- Pérdida del equilibrio
- Incapacidad para hablar correctamente debido a la falta de comunicación con el cerebro
- Una visión errada parcial o completa con dolores en los ojos
Síntomas de fibromialgia
- Confusión en los recuerdos que impiden enfocar y concentrarse en las actividades
- Un cambio de humor combinado con depresión
- Un incremento en la fatiga
- Sueños más largos y profundos
- Trastornos del sueño
Ambas enfermedades pueden ser similares porque hay una presencia de hormigueo. Sin embargo, sus síntomas más representativos poseen diferencias abismales. El método de la observación es fundamental para determinar estos indicios.