Consecuencias de la fibromialgia sobre la salud mental

Consecuencias de la fibromialgia sobre la salud mental
Por su complejidad, incomprensión y difícil diagnóstico, las personas con fibromialgia suelen padecer trastornos de salud mental, como depresión y ansiedad.
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Cualquiera que sufra un brote de fibromialgia (un trastorno de dolor crónico) te dirá lo mucho que puede llegar a debilitarte esta condición. También te contará que, lamentablemente esta enfermedad suele diagnosticarse mal y es muy incomprendida por la mayoría de la gente.

El malentendido se debe en parte a que el mundo médico aún no se ha puesto de acuerdo sobre la causa exacta de este trastorno crónico y algunos doctores se muestran reacios a diagnosticarlo. También se debe a que la fibromialgia es una “discapacidad invisible” y las personas que padecen crisis de fibromialgia, a menudo no creen en sus síntomas, ni siquiera por las personas mejor intencionadas de sus vidas.

No es de extrañar por qué las personas que viven con fibromialgia informan con frecuencia que experimentan trastornos de salud mental, como depresión y ansiedad, junto con los ya devastadores síntomas físicos de la afección.

¿Qué es la fibromialgia?

La fibromialgia es una condición que produce dolor crónico musculoesquelético generalizado y que afecta al 2’4% de la población en España, especialmente a mujeres de entre 20 a 50 años. En general, las mujeres se ven afectadas diez veces más que los hombres y la afección puede afectar a personas de todas las edades, incluidos los adolescentes. La causa de la fibromialgia aún se desconoce, aunque se ha determinado que no es una enfermedad del sistema autoinmune, ni inflamatorio, ni articular o muscular. La hipótesis actual es que se trata de un trastorno del sistema nervioso central.

Si quieres saber más sobre la relación entre la fibromialgia y las mujeres, quizás te interese el artículo ¿Por qué la fibromialgia afecta más a las mujeres?

¿Cuáles son los síntomas de la fibromialgia?

El síntoma principal de la fibromialgia es el dolor en todo el cuerpo. Por lo general, las personas con fibromialgia afirman que se sienten particularmente sensibles al tacto en ciertos puntos sensibles o dolorosos del cuerpo, pero otras simplemente informan de un dolor global y generalizado. El dolor puede aparecer y desaparecer, pero debe ser crónico (durar al menos tres meses) para que una persona sea diagnosticada con fibromialgia.

Sin embargo, el dolor no es el único síntoma que suelen reportar las personas que padecen fibromialgia. Otros síntomas incluyen:

  • Depresión
  • Dolores de cabeza, calambres abdominales, síndrome del colon irritable
  • Fatiga, trastornos del sueño
  • Dificultad para concentrarse o pensar con claridad (fibroniebla)

¿Cómo afecta la fibromialgia a la salud mental?

Las personas que experimentan fibromialgia tienen tres veces más probabilidades de sufrir depresión que el resto de la población, y la depresión (junto con la ansiedad) se considera un síntoma de fibromialgia. No está claro si la depresión es provocada por la fibromialgia, si las personas que tienen fibromialgia tienen una mayor propensión a la depresión o si la depresión es simplemente una parte de la enfermedad.

De cualquier manera, está claro que la depresión, junto con muchas otras afecciones de salud mental, es algo que las personas que viven con fibromialgia experimentan con frecuencia y puede afectar gravemente su calidad de vida. Además de la depresión, existen varias afecciones psicológicas asociadas con la fibromialgia como, por ejemplo:

  • Ansiedad
  • Trastornos de la personalidad
  • Trastorno obsesivo compulsivo
  • Trastorno por estrés postraumático
  • Tendencias suicidas

Otros síntomas psicológicos pueden ser la obsesión por el perfeccionismo, tendencias neuróticas y niveles más altos de estrés e ira. También se ha comprobado que las personas que viven con fibromialgia experimentan baja autoestima, mala imagen corporal, dificultad en las relaciones interpersonales y en el lugar de trabajo, y dificultades para socializar. Muchos informan que a veces se sienten incapaces de completar las tareas más sencillas y rutinarias de su vida diaria.

Es importante aclarar que la fibromialgia no es una enfermedad mental, sino una afección crónica que involucra síntomas físicos, como dolor muscular y fatiga extrema. Sin embargo, es innegable que la fibromialgia puede tener un impacto significativo en la salud mental de quienes la padecen. Los pacientes con fibromialgia a menudo enfrentan desafíos emocionales, como la ansiedad y la depresión, debido a la carga constante de dolor y fatiga que experimentan.

La relación entre la fibromialgia y la salud mental es compleja. Los síntomas físicos de la fibromialgia, como el dolor crónico y la falta de sueño, pueden desencadenar problemas de salud mental, y viceversa. La depresión y la ansiedad pueden aumentar la percepción del dolor y dificultar la gestión de la enfermedad.

Es por eso que el enfoque de tratamiento para la fibromialgia a menudo se extiende más allá de los síntomas físicos y se centra en mejorar la salud mental de los pacientes. Las técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga y el tai chi, son recursos valiosos para ayudar a los pacientes a lidiar con la ansiedad y la depresión, al tiempo que contribuyen a aliviar los síntomas de la fibromialgia. Además, los antidepresivos recetados por profesionales de la salud mental pueden ser una parte integral del tratamiento cuando se requiere abordar los aspectos emocionales de la fibromialgia.

En resumen, aunque la fibromialgia en sí misma no es una enfermedad mental, es fundamental reconocer la conexión entre la fibromialgia y la salud mental, ya que ambas dimensiones de la salud pueden influirse mutuamente. Un enfoque integral que aborde tanto los síntomas físicos como los emocionales puede ser esencial para brindar un alivio efectivo a los pacientes con fibromialgia y mejorar su calidad de vida en general.

¿Cómo cuidar de la salud mental cuando se padece fibromialgia?

Para los pacientes con fibromialgia que experimentan problemas de salud mental, existen muchas opciones de tratamiento. De hecho, muchos de los tratamientos recomendados para la fibromialgia buscan combatir tanto los aspectos de salud mental de la enfermedad como el dolor físico.

Por ejemplo, se sabe que la práctica de técnicas para eliminar el estrés como la meditación, el yoga, el taichí y escribir un diario personal no solo disminuyen la ansiedad y la depresión, sino que también disminuyen los síntomas de dolor de la fibromialgia. Por otro lado, los antidepresivos debidamente recetados por doctores en psiquiatría también son una primera línea de defensa cuando se necesitan medicamentos para combatir la afección.

Terapias para tratar la fibromialgia

La terapia es una manera maravillosa de gestionar y lidiar con las luchas de salud mental asociadas que experimenta los pacientes con fibromialgia.

Cuando busques un terapeuta para que te ayude, tómate tu tiempo para conocer a los terapeutas y consejeros que te interesen. Es posible que desees considerar buscar un terapeuta que practique la terapia cognitivo-conductual (TCC) o alguien cuya práctica se centre en la atención plena, ya que estos han demostrado ser prometedores para ayudar a curar a los pacientes con fibromialgia. También es importante preguntar a los posibles terapeutas si tienen experiencia previa en el tratamiento de pacientes con fibromialgia.

Esperanza para pacientes con fibromialgia

Una vez más, uno de los aspectos más difíciles a la hora de recibir tratamiento para la fibromialgia, junto con los desafíos de salud mental que a menudo se asocian a ella, es el estigma que rodea a la enfermedad. Puede ser difícil encontrar un médico o un experto en salud mental que se tome en serio tus síntomas y que esté bien versado en las opciones de tratamiento.

Pero debes saber que existen esos doctores y doctoras, y vale la pena salir y buscar a alguien que pueda cuidar de ti con empatía y sin juzgar. Sobre todo, recuerda que no estás solo/a: la fibromialgia es más común de lo que crees, y cada día más personas comparten sus historias y encuentran la ayuda que necesitan.

Es posible sentirse mejor, tanto físicamente como mentalmente, mientras se vive con fibromialgia.