Tipos y grados de fibromialgia

Tipos y grados de fibromialgia
Aunque la fibromialgia es una condición difícil de diagnosticar, en este artículo trataremos de explicar cuáles son los tipos y grados de esta dolencia.
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

La fibromialgia es una enfermedad grave principalmente diagnosticada en pacientes de 45-50 años, siendo las mujeres el grupo demográfico más afectado.

En anteriores entradas hemos explicado que la fibromialgia es una condición difícil de diagnosticar. No obstante, en este artículo trataremos de explicar cuáles son los tipos y grados de fibromialgia.

¿Cuántos tipos de fibromialgia hay?

Los tipos de fibromialgia son una clasificación esencial para comprender mejor esta compleja afección. Esta enfermedad crónica, caracterizada por dolor muscular generalizado, fatiga y sensibilidad en puntos específicos del cuerpo, conocidos como puntos dolorosos de la fibromialgia, puede manifestarse de diversas maneras. Los tipos de fibromialgia se dividen en tres categorías principales: el tipo primario, el tipo acompañante y el tipo secundario. Cada uno de estos tipos de fibromialgia presenta características distintivas y desafíos específicos que afectan a quienes la padecen de manera diferente.

En el siguiente párrafo, exploraremos en detalle cada uno de estos tipos de fibromialgia, desglosando sus particularidades y ofreciendo una visión más completa de cómo esta condición puede variar en su presentación y en sus consecuencias para la calidad de vida de quienes la experimentan.

Fibromialgia de Tipo Primario

Consideramos que un paciente sufre fibromialgia de tipo primario cuando presenta dolor musculoesquelético general y tiene muchos puntos sensibles de dolor, sin que se hayan podido detectar pruebas científicas de otra enfermedad con síntomas coincidentes.

El tipo primario de fibromialgia se caracteriza por la presencia de dolor musculoesquelético generalizado y una alta sensibilidad en múltiples puntos del cuerpo, conocidos como puntos gatillo. Lo distintivo de este tipo es que, a pesar de los síntomas dolorosos, no se encuentran pruebas científicas que respalden la presencia de otra enfermedad con síntomas coincidentes. Esto significa que el diagnóstico se basa principalmente en la evaluación de los síntomas clínicos y la exclusión de otras condiciones médicas que pudieran explicarlos. Esta categoría de fibromialgia, aunque a menudo desafiante de diagnosticar, destaca la complejidad y singularidad de la afección, subrayando la importancia de un enfoque multidisciplinario para su manejo y tratamiento.

Fibromialgia Tipo Acompañante

Es importante tener en cuenta que los tipos de fibromialgia no siempre se presentan de manera aislada, y en muchos casos, los síntomas solo se pueden explicar parcialmente. Por ejemplo, es común que un paciente con fibromialgia también padezca otra enfermedad musculoesquelética, como la osteoartritis, donde el dolor localizado puede ser un síntoma evidente. Sin embargo, el dolor musculoesquelético difuso y la sensibilidad en múltiples puntos del cuerpo típicos de la fibromialgia no se pueden atribuir a otras afecciones, lo que complica aún más la evaluación clínica. Esta interacción compleja entre los tipos de fibromialgia y otras condiciones médicas resalta la necesidad de un enfoque integral en el diagnóstico y tratamiento, donde la colaboración entre médicos especialistas se vuelve fundamental para brindar el mejor cuidado posible a quienes padecen esta afección.

Fibromialgia Tipo Secundario

Estaríamos hablando de fibromialgia de tipo secundario en caso de que se produzca como consecuencia de una enfermedad reumática, inmunológica o infecciosa.

Por otro lado, cuando la fibromialgia se desarrolla como una consecuencia directa de otra enfermedad reumática, inmunológica o infecciosa, la categorizamos como fibromialgia de tipo secundario. En estos casos, la afección primaria subyacente, como la artritis reumatoide o el lupus, puede desencadenar la aparición de síntomas característicos de la fibromialgia, como dolor generalizado y fatiga, lo que complica aún más el panorama clínico.

La identificación de la causa subyacente es esencial para un tratamiento efectivo, ya que abordar la enfermedad principal puede ayudar a mitigar los síntomas de la fibromialgia secundaria y mejorar la calidad de vida del paciente. Este subtipo de fibromialgia subraya la necesidad de una atención médica especializada y una evaluación exhaustiva para comprender completamente la compleja interacción entre estas condiciones de salud.

A continuación, trataremos los grados de fibromialgia que se pueden dar:

¿Qué grados de fibromialgia existen y qué implican?

Grado 1

Se trata del grado más leve de fibromialgia, es decir, el que tiene un impacto vital más bajo. Dentro de la escala de evaluación clínica, las calificaciones son inferiores al 50% y apenas se detectan cambios significativos en el trabajo.

Una persona con grado 1 de fibromialgia padece síntomas ocasionales al realizar sus actividades cotidianas. Sus limitaciones solo se dan esporádicamente, concretamente al realizar esfuerzos intensos de tipo físico o mental. Generalmente se puede llevar una vida normal, realizando algunos cambios en las rutinas diarias como suavizar las actividades más pesadas.

Grado 2

La fibromialgia de grado 2 tiene un impacto moderado sobre la vida de los pacientes. En la escala de evaluación clínica, las calificaciones oscilan entre el 50 y 75%. Esto significa que las personas afectadas sufren una pérdida parcial de actividad, ya que la enfermedad interfiere en sus trabajos diarios.

A veces la fatiga suele persistir y ser más intensa. Para poder contrarrestar las molestias es necesaria la reducción de las actividades laborales, domésticas e incluso personales. En ocasiones, hay que dejar las actividades temporalmente, cambiar de postura y reducir el horario laboral. Generalmente, todas las tareas del paciente quedan reducidas a la mitad y, para realizar actividades más intensas, se necesita ayuda.

Grado 3

La fibromialgia de grado 3 compromete la vida del paciente de manera intensa. Las calificaciones en la escala de evaluación clínica aumentan hasta un 75%, lo que implica una interferencia significativa con las tareas cotidianas. Es muy posible que se sea necesaria la baja médica laboral.

Los pacientes con un grado 3 de fibromialgia padecen fatiga aguda que les impide hacer tareas continuas o intensas. Ven afectados todos sus ámbitos vitales, ya sea laboral, familiar o social. Además, no pueden desempeñar trabajos durante más de media hora de forma regular y su autonomía se ve reducida un 80%.

Grado 4 o Fibromialgia Severa

El grado 4 en fibromialgia conlleva fatiga extrema. Esto puede suponer dependencia de otras personas para realizar actividades cotidianas y pérdida temporal de autonomía. La autonomía del paciente se ve reducida al 100%, por lo que necesita estar en cama diariamente. A veces puede ser necesario un ingreso hospitalario de cara a reducir los efectos de la fibromialgia.